martes, 23 de junio de 2015

Drenaje torácico



El drenaje torácico es un tubo flexible que se introduce en el espacio pleural (entre el pulmón y la pared torácica). El otro extremo se conecta a un sistema que incluye una válvula unidireccional. Lo más habitual es que esta válvula sea un sello o trampa de agua. De este modo, el drenaje permite extraer aire y diversos fluidos de la cavidad pleural al tiempo que mantiene sus presiones negativas fisiológicas, imprescindibles para la mecánica respiratoria.


El drenaje torácico es por lo tanto empleado en el tratamiento de múltiples patologías pleuro-pulmonares como los distintos tipos de neumotórax, el hemotórax, empiema y otros derrames pleurales. Es una de las técnicas más empleadas en cirugía torácica pero no es exclusiva de esta especialidad. Por el contrario, se trata de una técnica sencilla y general, que es perfectamente realizada por muchos otros especialistas entre los que se encuentran neumólogos, cirujanos generales, médicos de urgencias, medicos de unidades de críticos, oncólogos, etc.

Según nuestra experiencia, aproximadamente uno de cada cuatro pacientes con un traumatismo torácico que requiere ingreso hospitalario se beneficia de la colocación de un drenaje torácico. Por otra parte, cualquier especialista en cuidados críticos que domine la utilización de los drenajes torácicos puede realizar un tratamiento correcto en más del 80-90% de los traumatismos torácicos durante las primeras 48h. El neumotórax hipertensivo es una emergencia médica que causa la muerte del paciente si no se coloca un drenaje torácico en los primeros minutos. Se produce normalmente en pacientes sometidos a ventilación mecánica, por lo que los médicos a cargo de estos pacientes deben de dominar la técnica de colocación de drenajes torácicos.